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Florentino Pérez y unos amigos, le dieron un millón y medio de euros

Hace unos meses leí una sentencia que me llamó la atención.
No por el conflicto legal en sí, sino por el objeto de la disputa:

Una espada.

Pero no cualquier espada…
La Tizona, una de las armas del mismísimo Cid Campeador, ese guerrero español que daba estopa por Valencia en pleno siglo XI.

¿Y qué tiene que ver esto con la inversión?
Ya llegamos.

Resulta que tras varios siglos de herencias y líos familiares, la espada fue a parar a manos de un tal Vicente.
Y como él creía que era suya, la vendió por nada menos que…

1.500.000 €
(Dos-cientos-cincuenta-millones de pesetas, por si te gusta el dramatismo vintage).

El problema es que otros herederos también tenían derecho, pero como nunca reclamaron la espada durante más de 15 años…
Perdieron su parte.

Y Vicente, con una jugada silenciosa y sin abogados, ganó un millón y medio gracias a una figura legal que poca gente conoce: la usucapión.

¿Qué es la usucapión?

Una cláusula del Código Civil (art. 1940) que permite adquirir la propiedad de algo por haberlo poseído durante un tiempo, siempre que sea:

  • De forma pacífica
  • Pública (sin esconderlo)
  • Sin que nadie lo reclame

Y Vicente lo cumplía todo.
Así que, aunque no tenía un contrato, la justicia le dio la razón en 2016.

¿Qué podemos aprender de esto como inversores?

  • Que el conocimiento es poder.
  • Que a veces, una ley puede hacerte ganar o perder mucho dinero.
  • Y que no todo en el mundo financiero son acciones o criptos.
    También hay oportunidades legales que, bien entendidas, valen su peso en oro.

Invertir no es solo mover dinero.
Es formarte, asesorarte y entender el terreno que pisas.

Ya sea en bolsa, bienes raíces o herencias del siglo XI, el que sabe… juega con ventaja.

Y tú, ¿sabes realmente qué tienes, qué es tuyo… o qué podrías estar perdiendo por no reclamarlo?