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Un examen de coche, dos lecciones financieras: que no te pase como a Dieguito

¿Te suena Dieguito?
Es ese amigo que todos hemos tenido. El que lo intenta una y otra vez… y siempre se la pega.

Pero su historia no va solo de coches. Va de nervios, exceso de confianza y decisiones sin pensar.
Y sí, también va de inversiones.

La historia real de un examen… y un batacazo

Dieguito se examinó conmigo del práctico de conducir.

Era su sexta vez.
Sí, seis exámenes. Cinco suspensos a la espalda y unas ganas enormes de por fin aprobar.

Se veía seguro.
Eligió salir el primero.
Todo iba bien… hasta que empezó.

Primero, no supo abrir el capó.
Luego falló la pregunta teórica.
Después, ignoró una señal. Luego otra. Luego se saltó un semáforo.
Para acabar, se comió un Stop.

🔴 Y sin embargo, justo al bajarse del coche, me dijo al oído:

“Tío, creo que esta vez sí.”

Spoiler: no fue que sí.

Lección 1: el cóctel molotov de nervios + optimismo

Dieguito no suspendió por no saber conducir.
Suspende por improvisar, por no escuchar, por confiarse de más.
¿Te suena?

En la bolsa, pasa igual.

Muchos compran porque “esta vez sí”.
Porque “esta acción no puede bajar más”.
Porque “todo el mundo está invirtiendo en esto”.

Pero si no estudias, si no planificas, si actúas con presión…
Te la vas a pegar como Dieguito.

El exceso de optimismo sin preparación no te lleva lejos.
O como decía el mismísimo Mr. Wonderful:

“Si puedes soñarlo, puedes hacerlo.”

✋ A ver… Sí, pero no.

Puedes soñarlo, pero más te vale trabajarlo.
Solo soñar ser Warren Buffett no te hará millonario.
Estudiar, persistir y mejorar cada día, sí que te puede acercar.

Lección 2: siempre te comparan, aunque no lo sepas

Después de Dieguito, me tocó a mí.
Era mi primera vez.

Se me caló el coche 7 veces.
Sí, siete.
Un festival de nervios mecánicos.
Pero lo hice con humor, con calma, con cabeza.

No aparqué (decisión estratégica).
Coche en doble fila.
9 faltas leves. A una de suspender.

Pero aprobé.

¿Por qué?
Porque tras ver a Dieguito, yo parecía Fernando Alonso.

Y aquí va la segunda lección:

En cualquier examen (de conducir, de bolsa o de la vida), no compites solo contigo.

Compites contra la media de los demás.

Si la media baja, tú subes.

Por eso, no te compares con los perfectos, ni con los que ves en redes.
Compara tu progreso real.
Compite contigo… pero entiende el contexto.

En resumen

  1. No improvises cuando hay presión.
    El exceso de confianza sin preparación te puede hundir.
  2. La comparación es inevitable.
    Usa la ventaja de estar preparado cuando otros no lo están.